viernes, 22 de enero de 2016

Locura.


Siento tu locura cada vez que rozas mi piel.
Noto esa lujuria, ese salvaje deseo que emanas por cada poro de tu piel.
Con cada roce de tus ardientes y hambrientas manos se eriza cada milímetro de mi cuerpo sin poderlo evitar.
Es como electricidad. Esa electricidad que me atraviesa y penetra hasta lo más profundo de mi cuerpo y enciende cada nervio, cada sentido y los descontrola en cuestión de segundos.
Para instantes después dejarme con sed. Con sed de más y más.
Sedienta y con un hambre tan voraz que soy incapaz de controlar, de manejar.
Y de esa forma llego a convertirme en una persona diferente.
 De esa forma sale a la superficie una parte de mi completamente desconocida.
Descontrolada.
Una parte de mí que no había conocido antes.
Visceral, salvaje, carnal,...
Y todo desaparece. Para dejar solo esa sed, esa hambre de ti.

Solo, por el roce de tu piel en la mía.