Siéntate. Y párate a pensar en todo lo que has perdido. En todo lo
que dejaste atrás, olvidado. Acurrucado en un rincón como un pequeño cachorro
que aguarda por una caricia... por una mirada. Porque alguien se acuerde de él.
De que esta ahí, de que sigue ahí. Esperando fielmente por aquel que quiera
recogerlo... y recordarlo.
Hay tantas cosas.
Tantas que merece la pena pararse a pensarlas, a recordarlas. Que nos emocionan
y nos erizan la piel como si estuviésemos volviendo a vivir esos momentos...
como si sucediesen ahora mismo. Y los recordamos tal cual eran; hasta el más ínfimo
detalle, por insignificante que pueda parecernos.
Lo recordamos.
Porque muchas
veces, esos detalles insignificantes son los recuerdos más importantes que
grabamos a fuego en nuestra memoria, como si fuésemos a perder nuestra esencia
si los olvidamos.
Como si fuésemos a
perdernos a nosotros mismos.
Los recuerdos son una parte importante de nosotros, sin ellos, no seríamos los mismos.
ResponderEliminarSoy feliz de compartir tantos contigo de tantos años.
Te quiero mucho. Espero que sigamos formando recuerdos hasta el infinito y más allá :3
Sayo~!